En esta ocasión GILLES HERVÉ TEPIÉ, ciudadano francés, les contará de un monedero de criptomonedas cuya seguridad es puesta por nosotros, en lugar de usar un algoritmo que nos ofrece claves al azar.
Comencemos por recordar que una «frase semilla» o «seed phrase» es un conjunto de 12 a 24 palabras, cuya función es la de respaldar o cuidar de forma fácil un monedero de criptomonedas. Así, si en un futuro se llega a perder el control sobre dicho monedero, con las palabras que la frase semilla le otorgó al usuario este puede recuperarlo.
Ahora bien, las BrainWallets o monedero cerebral por su traducción, permiten que el usuario utilice una seed phrase basada en una serie de palabras que con facilidad este pueda recordar. Por lo tanto, en caso de no lograr acceder a tu monedero, solo debes recordar tu seed phrase y podrás estar una vez más con tus criptomonedas. Básicamente, en las BrainWallets no existe el algoritmo que genera un código único e irreplicable para custodiar tu monedero, sino que tú eres el que generará ese código.
Normalmente cuando usas una wallet de criptomonedas en tu dispositivo o una hardware wallet, pasas por un proceso de generación, en el que, en un punto dado, se te pide que anotes una serie de 12, 18 o 24 palabras. Estas palabras (casi siempre en el idioma inglés) son las ya conocidas seed phrases y son el preámbulo de la construcción de las claves privadas y públicas maestras de tu monedero.
Sin embargo, la seguridad es la debilidad de la BrainWallet, y es que a pesar de que el usuario cree una frase que considere única para su monedero, cualquier persona maliciosa puede descifrarla y utilizar sus criptomonedas. Por esto, los BrainWallets, a pesar de ser una buena opción para evitar memorizar o anotar claves aleatorias más largas que el nombre del libertador, a fin de cuentas no son una opción totalmente rentable.
Este es un ejemplo de lo que sería una seed phrase/frase semilla que un usuario puede usar como custodio de su BrainWallet (de 18 palabras):
Mi gato se llama Ruben y le gusta comer fresas con crema en un tazón dorado y negro
Y este es un ejemplo de una clave privada ECDSA:
5JRw8gB56aWf24ThCY71YK9eoxu7MwiN4uVrt178YKZa2hLWkFq
Es claro que si hay que elegir entre memorizar esta última clave o la frase semilla, cualquiera preferiría la frase semilla, pero es importante volver a decir que esta opción es bajo el riesgo del usuario.
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