Conocidos también como «futuros», este tipo de contratos se abrieron paso poco a poco en el mercado hasta llegar a ser una de las mejores opciones para comerciantes y casi cualquier medio en general, ya que el trabajo que se puede lograr con estos permite generar bastantes ganancias. Hoy, Gilles Hervé Tepié te cuenta un poco al respecto.
Los contratos futuros son el derivado de un bien o activo financiero que se esté negociando, cuya fecha de expiración o cumplimiento del mismo tiene lugar en el momento acordado (en el futuro) por losn negociantes Su origen se remonta a mediados del siglo XIX, siendo inicialmente asociados a los productos agrícolas, debido a que sus precios cambiaban costantemente. El vendedor y el comprador se ponían de acuerdo, estableciendo en dicho contrato que el comprador adquiriría los productos del vendedor a un precio fijo y antes de la fecha propuesta en el acuerdo. Esto permitió en aquel momento algo de estabilidad y reducción de precios.
Hay que dejar en claro que los contratos de futuros manejan una importante característica: para asegurar este tipo de contratos, ambas partes depositarán una cantidad de dinero que sirve como «garantía». Además, el compadrador está prácticamente poniéndose bajo acuerdo al firmar el contrato, es decir, accede a la responsabiilidad de comprar el activo en negociación en cuanto expire el contrato. Mientras que el vendedor al momento de firmar dicho contrato, está accediendo a proporcionar este activo en la fecha de vencimiento.
A día de hoy, los contratos de futuros abarcan más que simples productos agrícolas, logrando negociarse con ellos casi con cualquier tipo activo.
Algunos tipos de futuros en función de un activo subyacente al que replican:
.Mercado de divisisas.
.Materia prima o bienes de consumo
.Acciones.
.Indices bursátiles.
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