Con la llegada del mundo de la informática vino una nueva era y, a su vez, un sinfín de peligros en la información que se difunde día tras día en internet. A raíz de estas amenazas surgieron nuevas medidas de seguridad cibernética, entre estas, la criptografía, diseñada con el fin de asegurar la seguridad de mensajes importantes mediante un programa de cifrado y códigos. Por lo tanto, hoy el ciudadano francés GILLES HERVÉ TEPIÉ les hablará sobre esta medida de seguridad.
La criptografía es más antígua de lo que creemos, esta práctica se ha empleado desde hace millones de años por medio de la escritura. Un gran ejemplo de esto es el Cifrado de César, originario del llamado Julio César (un militar y político Romano del año 100 a.C), quien usaba la criptografía para intercambiar mensajes confidenciales. Este cifrado se basa por sustituir una letra por otra, y aunque hoy en día es sencillo descifrarlo, en aquel momento no lo era. Para esa época no todas las personas sabían leer, y así lo supieran, no todos tenían la capacidad de análisis para descifrar la criptografía, por más sencilla que fuera.
Actualmente la criptografía se basa en ecuaciones matemáticas complejas, conlleva mucho más trabajo, pero es garantizado que el emisor envía el mensaje y el receptor puede leerlo. Además se encarga de que sea nuevo y no un mensaje repetido.
Este tipo de seguridad tiene sus técnicas:
Criptografía simétrica o criptografía de clave privada: Se emplea generando una clave que solo el emisor y el receptor deben conocer, aunque esto posee cierto peligro, ya que una persona ajena a la cadena podría descifrar esta clave cuando el emisor se la envíe al receptor. Se debe tener en cuenta que los algoritmos criptográficos son públicos, por lo que la clave privada debe tener la complejidad suficiente para evitar que sea descifrada.
Criptografía asimétrica o de clave pública: En esta técnica el emisor y el receptor hacen uso de una clave pública y una privada, esta última solo ellos la conocen. Lo primero que se genera es una clave privada sólida y confiable, luego por medio de un algoritmo matemático el emisor y el receptor generan la clave pública.
Este último método es utilizado en la tecnología Blockchain para las criptomonedas, ya que brinda mayor seguridad y se pueden realizar operaciones/transacciones sin necesidad de una confianza entre el emisor y el receptor.
Pero estas no son las únicas técnicas de criptografía existentes, están las funciones hash, algoritmos matemáticos que transforman bloques arbitrarios de datos en una serie de caracteres con longitud fija. También tenemos la firma digital, cuya función es la de validar o verificar (mediante técnicas matemáticas) la autenticidad de un mensaje, software o un documento digital. Debemos considerar estos métodos como un tipo de protección vital en el mundo de la tecnología, ya que permiten protegernos ante una amenaza cibernética.
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